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12/31/2007

Tres Tristes Tigres

Editada en 1967 Tres tristes tigres es la novela más importante de Guillermo Cabrera Infante y una de las más considerables novelas en español. Un libro en el que el lenguaje es el gran protagonista.


"Tres tristes tigres comían trigo en un trigal" es uno de los juegos del lenguaje más entrañables que los hispanohablantes aprendemos desde la infancia. El escritor cubano Guillermo Cabrera Infante (1929-2005) escogió este trabalenguas como titulo de su primera novela, premiada en 1964 en el concurso Biblioteca Breve promocionado por la editorial Seix Barral de Barcelona (uno de los jurados fue Vargas Llosa). El título original del manuscrito presentado al concurso fue Vista de amanecer en el trópico, luego de obtenido el galardón la novela pasó por la censura franquista suprimiéndose numerosas partes del texto. Cabrera Infante pudo revisar en 1965 las galeradas de su libro y decidió reescribir varios pasajes, por ello la impresión se dilató un par de años escogiendo un nuevo y lúdico título Tres tristes tigres.

LOS TIGRES CENSURADOS
A comienzos de 1967 la novela finalmente se editó en la capital catalana con cierta resistencia de su autor por las veintidós mutilaciones efectuadas por los censores franquistas. Lamentablemente estas supresiones continuaron acompañando las reediciones posteriores; pero nunca minimizaron el rotundo éxito entre los lectores y los críticos literarios hasta que estos amputados pasajes fueron restituidos en el año 1990 cuando Cabrera Infante revisó completamente su libro restaurándolo para la colección de la prestigiosa Biblioteca Ayacucho de Venezuela.

UN OFICIO DEL SIGLO XX
Tres tristes tigres es uno de los apreciados libros de la Nueva narrativa hispanoamericana cuyo apogeo se produjo en aquella década del sesenta; fechas en las que surgió el denominado Boom novelístico. Uno de los signos de esta literatura en prosa radicó en la incorporación de los referentes de la denominada cultura de masas como se detecta en Rayuela (1963), Los cachorros (1967) Cambio de piel (1967) o La traición de Rita Hayworth (1968). En las páginas de estas novelas, incluyendo Tres tristes tigres, el lector observará esa red intertextual con la música popular, la literatura y el mundo cinematográfico. Cabrera Infante mantuvo una fervorosa pasión por el cine desde su juventud etapa de su vida donde fundó la Cinemateca de Cuba. Sus críticas cinematográficas se publicaron en la revista Carteles reunidas posteriormente en el libro Un oficio del siglo XX (La Habana, 1962 edición ampliada en Barcelona 1973). Esta devoción por el séptimo arte venía compartida con su escritura literaria siendo director del magacín literario Lunes de la revista Revolución (clausurado en 1961). Su primer libro literario fue el racimo de cuentos Así en la paz como en la guerra (1960) fecha en que, según lo testimonia Cabrera Infante, empezó la redacción de un texto denominado "Ella cantaba boleros" que posteriormente se incorporaría como parte de Tres tristes tigres.

UNA NOVELA EN CUBANO
Los lectores encontramos en la composición de Tres tristes tigres un signo distintivo de la Nueva narrativa hispanoamericana al no estar armada bajo el bosquejo tradicional de una trama central desarrollada linealmente. El diseño de Tres tristes tigres ha sido explicado como un collage de distintos focos narrativos que registran opiniones divergentes acerca de personajes reiterativos, la vida nocturna de La Habana o la confesión de historias personales. Sin embargo, este collage narrativo no es completamente disperso, pues como lectores (in fabula) conseguimos conectar mentalmente las diversas historias relatadas debido a la reiteración de ciertos personajes que se frecuentan entre sí cuando recorren la ciudad de La Habana. Desde el título el lector puede sospechar que el aspecto del juego del lenguaje gobernará las diversas líneas arguméntales del libro. La "Advertencia" que inserta Cabrera Infante nos avisa del español que leeremos en las voces de los personajes: "El libro está escrito en cubano. Es decir, escrito en los diferentes dialectos del español que se hablan en Cuba." el epígrafe del libro, una cita de Lewis Carrol, refuerza la intención por hacer del aspecto lúdico del lenguaje el signo primordial del libro y lo enlaza con la tradición de la literatura inglesa. La polifonía de voces de los protagonistas de la novela es totalmente persuasiva al haber monopolizado el uso de la primera persona para cada uno de los episodios, registrando con habilidad los diversos giros orales, las jergas y demás signos del habla de personajes pertenecientes a los distintos estratos de la sociedad cubana. El primer episodio que abre la novela empieza en el cabaret Tropicana con un saludo en inglés: "Showtime! Señoras y señores. Ladies and gentleman. Muy buenas noches, damas y caballeros, tengan todos ustedes. Good-evening, ladies & gentleman", nos muestra así una Habana marcada por una vida nocturna encendida por la música y la diversión.

JOYCE EN LA HABANA
En Tres tristes tigres como en su siguiente novela La Habana para un infante difunto (1979) el territorio explorado será la capital cubana centrándose en ciertos espacios como los cabarets, los bares, los cinemas y algunas calles, siguiendo así el derrotero de los escritores que radiografiaron sus ciudades entre ellos James Joyce (de quien tradujo Dublineses) quien censó a la ciudad de Dublín; Cabrera Infante asimiló del escritor irlandés esa capacidad para renovar el lenguaje y registrar con detalle el mundo urbano, esta lección literaria la encontramos en la destreza para impregnarnos indeleblemente con la atmósfera de una época y un momento de la historia cubana como fueron los finales de los años cincuenta. Siendo una novela tejida por muchas voces los personajes destacados son algunas mujeres del mundo de los bares y cabarets como la Cuba Venegas o La Estrella, de quienes conoceremos las penas y glorias de sus vidas; especialmente esta última, La Estrella que aparece en la sección "Ella cantaba boleros" intercalada en ocho ocasiones a lo largo del libro donde el reportero Códac detalla las vivencias de esta monumental e imponente negra que canta sin acompañamiento musical. En el caso de otros personajes se distingue Bustrófedon el escritor de quien se ha construido un mito al no dejar herencia literaria.

PARODIAS Y JUEGOS LITERARIOS
Seguramente es el capítulo denominado "La muerte de Trotsky referida por varios escritores cubanos, años después - o antes" donde la capacidad creativa con el lenguaje literario consigue uno de sus puntos más altos en el libro, pues Cabrera Infante parodiando los estilos de los escritores cubanos más canónicos empezando por José Martí y continuando con José Lezama Lima, Virgilio Piñera, Lydia Cabrera, Lino Novás, Alejo Carpentier y Nicolás Guillén consigue emular con ironía y tributo los signos distintivos de la escritura de cada uno de estos escritores como el barroquismo de Lezama Lima o de Carpentier. Otro pasaje donde el juego literario es bastante explicito es el titulado "Algunas revelaciones" donde inserta tres páginas en blanco para posteriormente reiniciar con un texto que abre con las interrogantes: "¿Una broma? ¿Y qué otra cosa fue la vida de de B?" Refiriéndose el narrador a la vida del personaje Bustrófedon, el texto de la página contigua es el mismo texto pero invertido para ser leído de derecha a izquierda como un juego de espejos; José Miguel Oviedo analizando estos rasgos y las alusiones, al final del libro, a la obra Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll de alguna manera nos especifica la vigencia de Tres tristes tigres y acierta al calificarla como: "una literatura que nace de la literatura, un arte concebido como un juego de ingenio y subversión".

Fuente: Por Agustín Prado Alvarado en El Comercio Perú

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